Hace pocos años jugar online era considerado "raro", de personas poco sociales, embuídas en los códigos informáticos y poco dadas pertenecer a lo que se creía que era la normalidad. Lo normal está en continua evolución y ahora quién en esté en la web pasó a ser considerado "raro". El mundo al revés, por suerte, porque no hay nada como internet, donde se puede: comprar, vender, encontrar el amor, perderlo también, escuchar música, ver películas, Juegos Friv o cualquier cosa que se nos ocurra porque si todo es posible en los sueños, en la web se hacen realidad.
Me gustan estos cambios tan drásticos porque indican una revolución que si bien, no la apreciamos todavía, dentro de unos años, en la asignatura de historia de cualquier escuela de la Tierra, se estudiará la llegada de la web junto a la revolución industrial y el paseo lunar de Neil Armstrong.
A veces las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas. Y cambian el mundo. Es lo bello de vivir: comer, rezar, amar... sea donde sea.
Me hace gracia cuando la gente
dice que España está peor que nunca
y me hace gracia no porque no lleven algo de razón, sino porque se lo creen a
pie juntillas. Por favor, centrémonos. España
no estuvo bien ni cuando era imperio pero no hace falta mirar los libros de
historia, a mis cuarenta y tantos, recuerdo haber vivido una época similar. Mucho
desempleo y un ingente desánimo social.
La vez anterior se caracterizó
por una oleada de delincuencia y muerte, principalmente por causa de las drogas
que se llevó a parte importante de una generación única, y esta vez se
caracteriza por la enorme corrupción
generalizada y, en especial, dentro de las instituciones políticas y de
gobierno. ¿Desalentador? Pues sí, la verdad, pero me gusta pensar que forma
parte del ciclo de la vida: unas veces estamos arriba y otras abajo por
diferentes motivos.
No es que me haya propuesto
hoy quitarle importancia porque la tiene y mucha, pero me resisto a que obvien sin
complejos que la sociedad actual es
la mejor de todos los tiempos… bueno, quitando los corruptos.
Nuestra sanidad es de las
mejores del mundo, tenemos instituciones y Cuerpos
de Seguridad, universidades, sindicatos, juzgados, administraciones públicas,
ayuntamientos y un largo etcétera
sin precedentes… Podía irnos mejor, vale. Nos irá.
Soy de la opinión que el ciclo
cae y rueda para subir cogiendo impulso. Nada pasa porque sí. Y esta generación
habrá aprendido algo indispensable para cuando vuelva a girar y, inevitablemente,
caer.
Esta generación que muchos
tachan de perdida y deshumanizada porque usan demasiado los dispositivos móviles y la web, es la más preparada que ha tenido este país, pese a quien pese.
Y seguir diciendo que internet es para
ligar y para frikis dice muy poco a nuestro favor. Sí, todavía lo piensan
aunque la web es el mejor invento
desde la rueda y el tiempo me dará la razón. Cambió el mundo. De hecho hizo
posible que las palabras de una simple papanatas como yo, sentada frente a un pc, desgraciadamente en este caso, puedan
leerse en todo el planeta, cosa impensable hace unos años. Música, videos, artículos,
deportes, cursos, compras, ventas,
trabajo… es decir: acceso a todo. De nosotros depende a qué y el uso que le
demos.
Yo aproveché para aumentar mi
educación y lo sigo haciendo porque es un medio excelente para ello. Ahora con
el desempleo tan elevado aprobar una oposición
parece un bocado tan suculento como a mis veintipocos. Yo lo intenté sin suerte
y, también, ¿por qué no decirlo?, sin mucho empeño. Estaba en una academia que no tenía nada que ver con
lo que se puede encontrar hoy. Por no decir que tenía que viajar 92 kilometros
para recibir una clase y luego otros tantos para regresar. Igual que ahora.
Enciendes el ordenador y listo. Además con la competencia que supone la web, las academias son cada vez mejores para conseguir los más altos niveles de calidad
en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
El líder del sector es Abalar y en su página, www.abalar.es,
podemos encontrar un buen ejemplo de esto que os digo.
Abalar Academia de Seguridad es
un centro de formación y preparación en todas las pruebas de oposiciones para
el acceso a Cuerpos de Seguridad,
públicas y privadas, autorizado por el Ministerio del Interior para impartir
estas clases preparatorias para: Policía
Nacional y Guardia Civil, Policías Locales, ingreso en la Fuerzas Armadas... En fin, un lujazo.
Viendo el vídeo que os dejo al
final, tuve la inoportuna certeza de que con un centro así, incluso yo lo
hubiese conseguido… Lo malo de ser tarambana de joven es que maduramos y nos
arrepentimos… pero tarde.
A partir de este mes, todas las plantillas de páginas web,
blogs… tendrán que tener un formato responsive para adaptar las fotos y el
texto a cualquier dispositivo con que sean visualizadas. De no hacerlo, Google
Adsense avisa de que con el tiempo dejaremos de aparecer en su buscador y,
sobra decir, que es la muerte anunciada de quien no ponga al día su sitio.
Hay muchas web donde nos informarán con más detalles sobre
esto y podremos hacernos con una plantilla a nuestro gusto y con todas las garantías
que da tener a nuestra disposición un amplio y variado equipo profesional que
nos asesorará en cada paso. Yo recomiendo la página de Edesign Comunicación que es www.edesign-comunicacion.com/diseno-sitios-web.html. Tiene buenos precios, el trato es cordial y son
rápidos en solucionarte cualquier problema que te surja. También tienen varios
servicios: Diseño de tiendas virtuales, Hosting, Posicionamiento en Buscadores,
Publicidad Online… por si queréis algo más.
¿Qué significa tener un sitio responsive?
Básicamente es lo que se puede apreciar en esta imagen:
Vemos que se adapta al tamaño del dispositivo que usemos y
eso, aunque ahora nos quejemos de la política tan drástica de Google, está
bien, es lo lógico. Deberían haberlo hecho antes. Todos estamos hartos de
visitar sitios con el móvil y tener que ampliar la imagen porque sale muy
pequeño y con tanto aumentar, acabamos perdidos en el texto y teniendo que volver
atrás. No es cómodo navegar por sitios
sin adaptar y este aviso de la
plataforma era necesario para que nos pongamos
las pilas y avancemos.
¿Puedo seguir con la plantilla de siempre?
La pregunta que me han hecho más veces este mes mis amigos blogueros
es que si se puede continuar con la plantilla de siempre. Poder se puede, con
el inconveniente de no aparecer. Nadie va a cerrarte el blog ni nada que se le
parezca. Se puede también conservar la versión web y usar otro sitio para la versión
móvil. Sería una solución pero yo a todos les recomiendo que se hagan con un
diseño responsive directamente. Los antiguos blogueros somos un poco rockero,
nos cuesta adaptar el oído a otra música pero luego cantamos de todo.
Las ventajas son infinitas y aprovechamos el tráfico móvil
que hasta ahora no habíamos aprovechado. Con ello, ganaremos seguidores nuevos,
incluso recuperaremos algunos que habíamos perdido con el tiempo por mantener
un sitio incómodo para la lectura. ¿Algunos notáis menos visitas? Pues perfectamente
este poder ser el motivo.
En la vida hay fechas muy
importantes. Una de ellas es el día de nuestra boda, ahora lo sé pero no
siempre fui consciente de ello y en su momento desatendí atesorar buenos
recuerdos. Trabajaba, no teníamos tiempos y, todavía no eran conocidas empresas
como esta de
www.buscabodas.com. Se
encargan de buscarte todo, y cuando digo de todo, es de todo: banquete,
reportaje, peluquería, música, viaje, vestido… Un verdadero lujo. Teniendo amor
y yendo los novios y los invitados, casi ya está todo hecho.
Como os digo, yo lo desatendí
y ahora me arrepiento. Firmé los papeles y poco más. Antes era una rebelde, incluso,
radical. Son épocas porque todos cambiamos y, a veces, para mejor. Celebrar el
amor es esencial. Una boda, prácticamente, es eso.
Hoy hace 19 años que me casé y
he aprendido mucho en este tiempo. Casi no se me escapa nada y he querido
celebrarlo escribiendo esta reflexión-ficción relatada.
Tus zapatos en mi entrada
No es fácil saber lo que se
quiere ni a quién se quiere en cada momento. Nuestros gustos cambian al son y
sentido de cada neurona nacida y creada por las muescas de los acontecimientos que
nos suceden y en este proceso también cambiamos nosotros. Mínimamente, sí, y, básicamente
sin saberlo.
Yo ya no soy la misma mujer
que quería conquistarte a pesar de que odiaba tu pelo enmarañado y tus modales ásperos,
casi felinos. No. Esa murió. Para quererte obvié que no somos ni parecidos. Ni la música que a
ambos nos apasiona nos unió, nuestros ritmos y algoritmos son dispares y esperpénticos como versos inversos, ni la
edad con sus estadísticas fanáticas e intolerantes con sus perversas numerologías,
ni la vida con sus rutinas afiladas, ni tus padres obsesivos reprochándotelo todo,
ni los míos compulsivamente ausentes y despreocupados. Ni amigos, ni trabajo, ni
sueños, ni aficiones... nada. Solo nos
unía todo lo demás.
El momento exacto en que cada
noche se agotan las palabras y nos quedamos en blanco, tu manía de dejar los zapatos en la entrada porque no
imaginas el amor en un hogar que no se camine descalzo, la puerta giratoria de
la cocina que chirría desde el minuto uno y que no engrasamos por continuar
oyendo ese quejido familiar que acompaña las idas y venidas de la cotidianeidad,
tus ojos perdidos en los míos cuando no puedes dormir y la tristeza te avanza, las
caricias que aparentan calidez para tornarse lascivas, suspendidas en el
espacio infinito de la madrugada y, aquel primer beso disfrazado de juego que
escondía toda la esperanza.
Y no me olvido de tus manos
calientes cobijando las mías heladas ni todos los qué tal, todo bien, y los
buenos días de cada jornada. Tampoco de las llaves del coche que perdiste en mi
cumpleaños y que buscamos cansados y vencidos de bar en bar hasta que tintinearon
en el forro de tu chaqueta justo cuando nos dejamos caer al suelo dándonos por derrotados.
Adoro el agujero que las introdujo, todas las risas absurdas que provocó aquel
momento y las que le siguieron, e incluso todos los llantos que vinieron meses después
cuando me dijiste que yo no te importaba y lo di por hecho.
Lo peor de tener cicatrices es
tenerlas en la cara, donde todo el mundo pueda verlas y espantarse o admirarlas.
La mía se podía ver a kilómetros de distancia. No hay viaje mayor que un olvido.
Pero llegó abril. Y sus aguas lo limpiaron todo. Y aquel primer beso que escondía
toda la esperanza se propuso volver a dejar tus zapatos en mi entrada.
Lo curioso es que hasta que no
me pediste perdón y te perdoné, ninguno de los dos sabíamos cómo se amaba.