jueves, 23 de abril de 2015

Cuerpos de seguridad, en mi caso, de inseguridad

cuerpos de seguridad, academias, abalar

Me hace gracia cuando la gente dice que España está peor que nunca y me hace gracia no porque no lleven algo de razón, sino porque se lo creen a pie juntillas. Por favor, centrémonos. España no estuvo bien ni cuando era imperio pero no hace falta mirar los libros de historia, a mis cuarenta y tantos, recuerdo haber vivido una época similar. Mucho desempleo y  un ingente desánimo social.  
La vez anterior se caracterizó por una oleada de delincuencia y muerte, principalmente por causa de las drogas que se llevó a parte importante de una generación única, y esta vez se caracteriza por la enorme corrupción generalizada y, en especial, dentro de las instituciones políticas y de gobierno. ¿Desalentador? Pues sí, la verdad, pero me gusta pensar que forma parte del ciclo de la vida: unas veces estamos arriba y otras abajo por diferentes motivos.
No es que me haya propuesto hoy quitarle importancia porque la tiene y mucha, pero me resisto a que obvien sin complejos que la sociedad actual es la mejor de todos los tiempos… bueno, quitando los corruptos.

Nuestra sanidad es de las mejores del mundo, tenemos instituciones y Cuerpos de Seguridad, universidades, sindicatos, juzgados, administraciones públicas, ayuntamientos y un largo etcétera sin precedentes… Podía irnos mejor, vale. Nos irá.
Soy de la opinión que el ciclo cae y rueda para subir cogiendo impulso. Nada pasa porque sí. Y esta generación habrá aprendido algo indispensable para cuando vuelva a girar y, inevitablemente, caer.  
Esta generación que muchos tachan de perdida y deshumanizada porque usan demasiado los dispositivos móviles y la web, es la más preparada que ha tenido este país, pese a quien pese. Y seguir diciendo que internet es para ligar y para frikis dice muy poco a nuestro favor. Sí, todavía lo piensan aunque la web es el mejor invento desde la rueda y el tiempo me dará la razón. Cambió el mundo. De hecho hizo posible que las palabras de una simple papanatas como yo, sentada frente a un pc, desgraciadamente en este caso, puedan leerse en todo el planeta, cosa impensable hace unos años. Música, videos, artículos, deportes, cursos, compras, ventas, trabajo… es decir: acceso a todo. De nosotros depende a qué y el uso que le demos.

Yo aproveché para aumentar mi educación y lo sigo haciendo porque es un medio excelente para ello. Ahora con el desempleo tan elevado aprobar una oposición parece un bocado tan suculento como a mis veintipocos. Yo lo intenté sin suerte y, también, ¿por qué no decirlo?, sin mucho empeño. Estaba en una academia que no tenía nada que ver con lo que se puede encontrar hoy. Por no decir que tenía que viajar 92 kilometros para recibir una clase y luego otros tantos para regresar. Igual que ahora. Enciendes el ordenador y listo. Además con la competencia que supone la web, las academias son cada vez mejores  para conseguir los más altos niveles de calidad en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
El líder del sector es Abalar y en su página,  www.abalar.es, podemos encontrar un buen ejemplo de esto que os digo.
Abalar Academia de Seguridad es un centro de formación y preparación en todas las pruebas de oposiciones para el acceso a Cuerpos de Seguridad, públicas y privadas, autorizado por el Ministerio del Interior para impartir estas clases preparatorias para: Policía Nacional y Guardia Civil, Policías Locales, ingreso en la Fuerzas Armadas... En fin, un lujazo.

Viendo el vídeo que os dejo al final, tuve la inoportuna certeza de que con un centro así, incluso yo lo hubiese conseguido… Lo malo de ser tarambana de joven es que maduramos y nos arrepentimos… pero tarde.



miércoles, 15 de abril de 2015

Hazte mayor, sé responsive

A partir de este mes, todas las plantillas de páginas web, blogs… tendrán que tener un formato responsive para adaptar las fotos y el texto a cualquier dispositivo con que sean visualizadas. De no hacerlo, Google Adsense avisa de que con el tiempo dejaremos de aparecer en su buscador y, sobra decir, que es la muerte anunciada de quien no ponga al día su sitio.
Hay muchas web donde nos informarán con más detalles sobre esto y podremos hacernos con una plantilla a nuestro gusto y con todas las garantías que da tener a nuestra disposición un amplio y variado equipo profesional que nos asesorará en cada paso. Yo recomiendo la página de Edesign Comunicación que es www.edesign-comunicacion.com/diseno-sitios-web.html. Tiene  buenos precios, el trato es cordial y son rápidos en solucionarte cualquier problema que te surja. También tienen varios servicios: Diseño de tiendas virtuales, Hosting, Posicionamiento en Buscadores, Publicidad Online… por si queréis algo más.

¿Qué significa tener un sitio responsive?


Básicamente es lo que se puede apreciar en esta imagen:



Vemos que se adapta al tamaño del dispositivo que usemos y eso, aunque ahora nos quejemos de la política tan drástica de Google, está bien, es lo lógico. Deberían haberlo hecho antes. Todos estamos hartos de visitar sitios con el móvil y tener que ampliar la imagen porque sale muy pequeño y con tanto aumentar, acabamos perdidos en el texto y teniendo que volver atrás.  No es cómodo navegar por sitios sin adaptar y este  aviso de la plataforma era necesario para que nos pongamos  las pilas y avancemos.

¿Puedo seguir con la plantilla de siempre?

La pregunta que me han hecho más veces este mes mis amigos blogueros es que si se puede continuar con la plantilla de siempre. Poder se puede, con el inconveniente de no aparecer. Nadie va a cerrarte el blog ni nada que se le parezca. Se puede también conservar la versión web y usar otro sitio para la versión móvil. Sería una solución pero yo a todos les recomiendo que se hagan con un diseño responsive directamente. Los antiguos blogueros somos un poco rockero, nos cuesta adaptar el oído a otra música pero luego  cantamos de todo.
Las ventajas son infinitas y aprovechamos el tráfico móvil que hasta ahora no habíamos aprovechado. Con ello, ganaremos seguidores nuevos, incluso recuperaremos algunos que habíamos perdido con el tiempo por mantener un sitio incómodo para la lectura. ¿Algunos notáis menos visitas? Pues perfectamente este poder ser el motivo.


Tus zapatos en mi entrada

En la vida hay fechas muy importantes. Una de ellas es el día de nuestra boda, ahora lo sé pero no siempre fui consciente de ello y en su momento desatendí atesorar buenos recuerdos. Trabajaba, no teníamos tiempos y, todavía no eran conocidas empresas como esta de
www.buscabodas.com. Se encargan de buscarte todo, y cuando digo de todo, es de todo: banquete, reportaje, peluquería, música, viaje, vestido… Un verdadero lujo. Teniendo amor y yendo los novios y los invitados, casi ya está todo hecho.
Como os digo, yo lo desatendí y ahora me arrepiento. Firmé los papeles y poco más. Antes era una rebelde, incluso, radical. Son épocas porque todos cambiamos y, a veces, para mejor. Celebrar el amor es esencial. Una boda, prácticamente, es eso.

Hoy hace 19 años que me casé y he aprendido mucho en este tiempo. Casi no se me escapa nada y he querido celebrarlo escribiendo esta reflexión-ficción  relatada.
zapatos, bodas, buscabodas, amor, banquetes, viaje.

Tus zapatos en mi entrada

No es fácil saber lo que se quiere ni a quién se quiere en cada momento. Nuestros gustos cambian al son y sentido de cada neurona nacida y creada por las muescas de los acontecimientos que nos suceden y en este proceso también cambiamos nosotros. Mínimamente, sí, y, básicamente sin saberlo.
Yo ya no soy la misma mujer que quería conquistarte a pesar de que odiaba tu pelo enmarañado y tus modales ásperos, casi felinos. No. Esa murió. Para quererte obvié  que no somos ni parecidos. Ni la música que a ambos nos apasiona nos unió, nuestros ritmos y algoritmos son dispares y  esperpénticos como versos inversos, ni la edad con sus estadísticas fanáticas e intolerantes con sus perversas numerologías, ni la vida con sus rutinas afiladas, ni tus padres obsesivos reprochándotelo todo, ni los míos compulsivamente ausentes y despreocupados. Ni amigos, ni trabajo, ni sueños, ni aficiones...  nada. Solo nos unía todo lo demás.
El momento exacto en que cada noche se agotan las palabras y nos quedamos en blanco, tu manía de  dejar los zapatos en la entrada porque no imaginas el amor en un hogar que no se camine descalzo, la puerta giratoria de la cocina que chirría desde el minuto uno y que no engrasamos por continuar oyendo ese quejido familiar que acompaña las idas y venidas de la cotidianeidad, tus ojos perdidos en los míos cuando no puedes dormir y la tristeza te avanza, las caricias que aparentan calidez para tornarse lascivas, suspendidas en el espacio infinito de la madrugada y, aquel primer beso disfrazado de juego que escondía toda la esperanza.
Y no me olvido de tus manos calientes cobijando las mías heladas ni todos los qué tal, todo bien, y los buenos días de cada jornada. Tampoco de las llaves del coche que perdiste en mi cumpleaños y que buscamos cansados y vencidos de bar en bar hasta que tintinearon en el forro de tu chaqueta justo cuando nos dejamos caer al suelo dándonos por derrotados. Adoro el agujero que las introdujo, todas las risas absurdas que provocó aquel momento y las que le siguieron, e incluso todos los llantos que vinieron meses después cuando me dijiste que yo no te importaba y lo di por hecho.
Lo peor de tener cicatrices es tenerlas en la cara, donde todo el mundo pueda verlas y espantarse o admirarlas. La mía se podía ver a kilómetros de distancia. No hay viaje mayor que un olvido. Pero llegó abril. Y sus aguas lo limpiaron todo. Y aquel primer beso que escondía toda la esperanza se propuso volver a dejar tus zapatos en mi entrada.
Lo curioso es que hasta que no me pediste perdón y te perdoné, ninguno de los dos sabíamos cómo se amaba.


©Ainhoa Núñez
zapatos, bodas, buscabodas, amor, banquetes, viaje.